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Foto del escritorIsabel León Soto

Mobiliario del Antiguo Egipto

Para los ojos contemporáneos puede ser sorprendente estudiar cómo vivían las personas en otras épocas de la historia. En el caso del Antiguo Egipto, el mobiliario (muy común en nuestros hogares) era un bien escaso. Sólo las clases acomodadas (faraones, nobleza, sacerdotes, etc.) se podían dar el lujo de tener una cantidad significativa de muebles. Incluso aquellos que, desde nuestra perspectiva, son tan sencillos y representativos de la comodidad diaria como una cama, no eran del todo accesibles.


En los hogares más pobres, los muebles eran escasos. Cuando se encontraban, solían ser simples y en formato de reposacabezas, taburetes o soportes para algún tipo de objeto. Ahora bien, el conocimiento que podemos tener sobre el mobiliario popular se encuentra limitado por su difícil conservación. En efecto, la gran mayoría de los muebles conservados actualmente provienen de los enterramientos de las élites; un entorno que es idóneo para la conservación.





Cama descubierta en la tumba de Kha en Deir el-Medina.






*Este artículo fue escrito por Christian Cruz, Comisario del proyecto, y editado por Isabel León, encargada de Comunicaciones.


EN EL MUNDO DE LOS MUERTOS

Una parte importante de la cosmovisión egipcia consistía en que la vida continuaba después de la muerte. Si bien inicialmente, esto sólo aplicaba al faraón, con el tiempo se desarrolló la idea que todos quienes lo merecieran podían aspirar a la inmortalidad.


Se entendía que el lugar de enterramiento era el hogar del espíritu después de la muerte. Como consecuencia de ello, la tumba del muerto se llenaba de pertenencias personales y objetos que necesitaría, los cuales, además, debían ser constantemente renovados.


Notablemente, los cofres, tanto grandes como pequeños, servían como contenedores de las distintas posesiones del muerto y llegaban a tener aparatos que permitían cerrarlas y asegurarlas. Los cofres lujosos se llegaban a decorar con chapas, tallas e incrustaciones. En las tumbas, también, se han encontrado sillas con distintos grados de ostentosidad, dependiendo del estatus social del difunto.


Cofre de madera para contener ropa encontrada en la tumba de Hatnefer.



LOS NUEVOS LUJOS

La automatización provocada por la revolución industrial, junto con las innovaciones tecnológicas desde entonces, han causado muchos cambios en la producción artesanal. En el mundo contemporáneo, el trabajo artesanal y manual cumple un rol secundario.


A raíz de los cambios, la sociedad se ha ido adaptando. Uno de los cambios más significativos es el resurgimiento de la artesanía como creador de bienes de lujo. Un movimiento artístico de importante mención es el Art Nouveau, que además de crear objetos de joyería, también creó una amplia variedad de mobiliarios de auténtico lujo. La alta valorización de los bienes artesanales no se quedó en el modernismo, sino que en nuestros tiempos también encontramos paralelos.


Una de las etiquetas que suele ir unida a los objetos artesanales es la sostenibilidad. Ya sea o no certera la relación, esta ha otorgado cierto valor a lo artesanal en una época en que se valora cada vez más lo “verde”. Un ejemplo de estas nuevas empresas dedicadas al lujo artesanal es Herra-T, que ha llegado a cobrar hasta 985 euros por una silla. En todas estas empresas se suelen repetir las mismas ideas: diseño, calidad, originalidad y sostenibilidad. Estas son las palabras clave que conforman parte del mercado artesanal contemporáneo.


Si bien el mobiliario ya no es un bien de lujo, los artesanales, el único tipo de mueble que existía en el Antiguo Egipto, llegan a ser hoy en día auténticos lujos. Y con la llegada de nuevas ideas como la sostenibilidad o incluso la perspectiva patrimonial, que busca revalorizar y mantener costumbres ancestrales, el sector está experimentando un crecimiento inesperado en nuestros tiempos.



Silla de Escriba






Silla moderna





EL OTRO LADO DE LA MONEDA

Sin embargo, no todo lo artesanal es un producto de lujo. El incremento del turismo en el mundo contemporáneo ha provocado la creación de un mercado de productos folclóricos destinados al mundo de los souvenirs.


Las dinámicas de este mercado tienden a limitar la creatividad de los artesanos. Además, los beneficios de este mundo no siempre están repartidos equitativamente. Particularmente, cuando se trata de productos altamente valorados, son a menudo las grandes empresas distribuidoras las que ganan la mayor parte del dinero, dejando a los artesanos (que hacen productos altamente valorados) con dificultades económicas.


El problema se complica cuando tenemos una perspectiva global. Después de todo, lo folclórico, lo artesanal y el mundo de los souvenirs a menudo se relaciona con países considerados exóticos. Por ejemplo, no es nada raro asociar lo artesanal y exótico con países latinoamericanos, particularmente con las comunidades indígenas. La creación de lo exótico conlleva ciertas consecuencias no necesariamente positivas para la comunidad calificada como tal, siendo común la creación de estereotipos que suelen llevar a una romantización de un pueblo.


A fin de cuentas, nuestro mundo comparte algunos problemas con el Antiguo Egipto. Un artesano puede crear muebles altamente valorados, pero nunca tendrá uno de estos en su hogar. Es más, su casa destacaría por una clara escasez de lo que las élites podrían considerar una simple compra, un simple mueble.


Fotografía de tejedora indígena.






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